
Montevideo y refugiarse en Argentina para eludir las consecuencias de la catástrofe que ineludiblemente se desencadenó sobre ella, quien más que delincuente fuera una soñadora.
Nadie quizo albergar a la horrenda culpable. Acosada y cercada por todos, sin apoyo moral, puso fin a su vida en Temperley, el 17 de Junio de 1913.
Consumada la tragedia, sus perseguidores comprendieron el doloroso fondo de una vida"
Fragmento final de la carta de despedida de la Srta. Irma al doctor Romeu: "...Perdóneme, pues pago con mi sangre la falta cometida. Adiós hasta el cielo. Irma Avegno"
1 comentario:
Tengo un cuento inspirado en esta historia. Me encantaron las fotos. ¿hay más material?
Gracias y saludos
Laura
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